Fidel Castro: Cumpliendo Años de Humanidad y de Internacionalismo
Por Jorge Vera Castillo * (Para Prensa Latina)
Santiago de Chile (Prensa Latina) Es desafiante tarea recordar, y hacerlo desde Chile, al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz unido a la histórica visita de 1971, durante el Gobierno Popular del presidente Salvador Allende Gossens, su anfitrión y siempre receptor de la amistosa humanidad del eminente revolucionario.
Son innumerables las posibilidades para abordar, bajo distintos enfoques personales, el recuerdo imperecedero del Comandante Fidel Castro Ruz cada 13 de agosto, con una perspectiva que lo visualiza en el extremo sur de nuestra región, desde un país con el que estableció muy singular cercanía y relación.
Aquella su histórica visita, recorriendo la ‘larga y angosta faja… de loca geografía’ en todo su centro metropolitano, en su norte desértico y minero -Antofagasta, Chuquicamata e Iquique-; en su centro sur -Concepción, Lota y Tomé-, y en su sur agrícola, lacustre y cercano a los confines antárticos, del 10 de noviembre al 4 de diciembre de 1971.
Al año siguiente, el Comandante Fidel Castro Ruz realizaba su icónica gira por países de África -Guinea, Sierra Leona y Argelia- y de Europa Oriental, visitando sus seis países socialistas y la Unión Soviética, desde el 3 de mayo hasta el 5 de julio de 1972, la que podría sintetizarse, en retrospectiva de esos años en la arena internacional, que el futuro era el Internacionalismo.
En Conakry, Freetown y Argel lo escucharon y admiraron a su paso. La República Popular de Angola, descolonizada y liberada, y otro notable, su amigo Nelson Mandela, lo comprobarían.
El Comandante lo prefiguraba: ‘En las próximas horas nosotros iniciamos un prolongado viaje en el exterior de nuestro país… Nuestras relaciones internacionales, el nivel de esas relaciones, el magnífico estado actual de nuestras relaciones con el movimiento revolucionario, con los países socialistas, y entre los países socialistas muy especialmente con la Unión Soviética, los intereses de nuestro país y los intereses del campo socialista, requieren inevitablemente la cumplimentación de las invitaciones que hemos recibido reiteradamente durante años (…)
‘Para nosotros, aunque el viaje sea largo y arduo, es además un viaje de contenido revolucionario, de contenido humano, de fraternal espíritu con relación a los partidos y a los pueblos de los países que vamos a visitar. Y marcharemos gustosamente a cumplir nuestro trabajo’.
Hoy recordamos a quien Ernesto ‘Che’ Guevara, en su artículo del 9 de abril de 1961 ‘Cuba, ¿Excepción histórica o vanguardia en la lucha anticolonialista?’, en la revista Verde Olivo, ya lo identificaba: ‘Esa fuerza telúrica llamada Fidel Castro Ruz, nombre que en pocos años ha alcanzado proyecciones históricas’.
Y fue premonitorio, cuando agregó, enseguida: ‘El futuro colocará en su lugar exacto los méritos de nuestro Primer Ministro, pero a nosotros se nos antoja comparable con los de las más altas figuras históricas de toda Latinoamérica’.
En decursos ulteriores y décadas siguientes, hasta su fallecimiento, el viernes 25 de noviembre de 2016, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, fundador de la Revolución Cubana, ya había alcanzado una estatura y reconocimiento mundiales.
Creo que en la Política y en la Vida los simbolismos son relevantes, siendo sí muy crucial aprehender, descubrir y registrar bien sus significados. El último visitante extranjero recibido por Fidel Castro Ruz, en su residencia en La Habana, fue el entonces presidente de la República Socialista de Vietnam, Tran Dai Quang, en la tarde del martes 15 de noviembre de 2016.
El Comandante en Jefe visitó Vietnam en tres ocasiones. La primera fue en 1973, del 12 al 17 de septiembre, siempre reconociendo al héroe revolucionario vietnamita Ho Chi Minh (‘El que nos ilumina’), con admiración. Los países habían establecido relaciones diplomáticas el 2 de diciembre de 1960. Fueron circunstancias gestoras de Humanidad y de Internacionalismo.
Desde el punto de vista personal, comparto unas vivencias inolvidables. El 16 de noviembre de 1971, publicaba un artículo con título en la portada de un naciente semanario, DEBATE Universitario, de la Pontificia Universidad Católica de Chile, teniendo como Rector a ese gran arquitecto humanista, Fernando Castillo Velasco: ‘Fidel, Universidad y Revolución’, con gran lectoría, ya en pleno desarrollo de la visita del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz.
En esa ocasión, escribía: ‘Llega un Comandante. Llega un hombre moral. Llega Fidel. Todas las Universidades de Santiago de Chile lo han invitado. La Universidad Católica también’. ‘La Revolución no es una excusa. Es una posibilidad, es un deber. Limpio y puro es saber reconocer a otros cuando están en vida. El Comandante ya está en Chile’.
En la tarde/noche del viernes 3 de diciembre de 1971, en un curioso Santiago, con llovizna y átoque de queda! en pleno Gobierno Popular, ante la arremetida del emergente fascismo, por la visita, dirigentes políticos juveniles tuvimos el enorme privilegio de reunirnos con Fidel Castro Ruz en la residencia oficial del Embajador cubano, en calle San Patricio, de la comuna de Vitacura, al oriente de la capital. Eran agitados tiempos, con fuertes disputas ideológicas y algunos sectarismos. Condiciones de una situación revolucionaria no se estaban alcanzando.
En la ocasión se presentaban al Comandante unas ‘medias’ realidades, irrespetando, a mi juicio, a un muy agudo observador que había recorrido Chile bastante, comprobando muchas complejidades políticas, y no solo en la correlación de fuerzas, en el proceso de nuestro Gobierno Popular que este año 2020 llegará al 50 Aniversario de su inicio, el miércoles 4 de noviembre de 1970, con la investidura del presidente Salvador Allende Gossens.
Tuve imborrable, imperecedera y única posibilidad magistral de que, en medio de un confuso método para otorgar uso de la palabra, el propio Comandante Fidel Castro Ruz dispuso que se permitiera expresarme.
Escuchó las ‘enteras´ verdades que le resumí, con atención, mirada y concentración que nunca podré olvidar, para al finalizar congratularme por mi ‘sinceridad revolucionaria’, silenciando aquel alborotado ambiente. Le entregué dos ejemplares de ese DEBATE.
A los minutos, ya de noche, partió raudo, en modesto Lada de la comitiva oficial, a su última reunión con el presidente Allende, en aquella emblemática casa de calle Tomás Moro, dejando en espera a reconocidos dirigentes mayores partidarios.
Finalmente en Bruselas, en mi última misión diplomática, conmovido, llegué a la Embajada de Cuba, en l’Avenue Brugmann 80, el viernes 2 de diciembre de 2016, para escribir algunas líneas en el Libro de Condolencias -uno no avizora que le llegaría algo así-, entre ellas: ‘Gracias Comandante por su existencia y haberlo conocido. Gloria y Honor a Fidel Castro Ruz’.
‘Patria es Humanidad, es aquella porción de la humanidad que vemos más de cerca y en que nos tocó nacer’ (en periódico Patria, sección En Casa. Sábado 26 de Enero de 1895): siempre fiel y leal al acervo, ideario y pensamiento martianos, el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz descansó, en tranquilidad, y a sus 90 años, iniciados en Birán, Cuba, el 13 de agosto de 1926.
‘Ser internacionalistas es saldar nuestra propia deuda con la humanidad. Quien no sea capaz de luchar por otros, no será nunca suficientemente capaz de luchar por sí mismo’, nos legó en su cardinal Discurso en la Plaza de la Revolución, en La Habana, el lunes 5 de diciembre de 1988, en el Acto en Conmemoración del XXXII Aniversario del Desembarco del ‘Granma’ y de la Fundación de las Fuerzas Armadas Revolucionarias.
Así, ad eternum, se seguirán cumpliendo años de su Humanidad y de su Internacionalismo.
arb/rc/jvc
*Analista político, exasesor de la Misión de Chile ante la Unión Europea, miembro de la Asociación Chilena del Espacio (Achide).