Por Fernando Bossi Rojas

“No queremos ser Venezuela”;  “¿Pero qué queremos… terminar como Venezuela?”; “Venezuela es el ejemplo de lo que no queremos ser”; “Yo no quiero que mi país termine como Venezuela”…

Lamentablemente, estas infames frases se escuchan a diario en boca de periodistas, comunicadores, políticos, funcionarios, ministros, presidentes y otros personajes encuadrados en la derecha más troglodita. También –hay que reconocer–, una franja de la sociedad latinoamericana influenciada por la dictadura mediática las repite como loro.

No hay duda de que la artillería mediática de la derecha sigue haciendo estragos sobre la conciencia media de la población en América Latina. La construcción de sentido común  por parte de las multinacionales de la información y de los tanques de ideas imperialistas, ha instalado la perversa idea de que lo peor de lo peor que le puede suceder a un país es estar como Venezuela. Todo esto, por supuesto, sin analizar objetivamente ni mínimamente la realidad venezolana, cuáles son las causas por las que el país caribeño se encuentra en dificultades, ni tampoco por qué ocurren determinadas situaciones que no son las normales para cualquier otro país de la región.

Vale decir, se esgrimen esas insustanciales  frases ignorando las permanentes agresiones que sufre Venezuela por parte del gobierno de Estados Unidos y sus aliados; quienes aplican inclementes sanciones y un riguroso bloqueo económico-financiero; inventando permanentes maniobras desestabilizadoras; ejecutando intentos de magnicidio e invasión y otras agresiones desestabilizadoras que dificultan enormemente la gobernanza en el país.

Ahora, veamos cómo se maneja el tema Venezuela en los medios de comunicación. Por ejemplo, nadie ignora que desde marzo hasta la fecha la noticia indiscutiblemente más importante, la que obligatoriamente ocupa más espacios en cualquier medio del planeta, es el tema de la pandemia. ¿Qué dicen los voceros de la mentira y el odio con respecto a Venezuela? Nada, la casi mayoría no dice nada. ¿Y por qué no dicen nada en relación al flagelo de la pandemia sobre el país a donde nadie quiere llegar, al que todo el mundo tiene como de ejemplo de lo que no se debe hacer? Se supone que si Venezuela es un desastre, como se desprende por esas frases tan a menudo oídas a través de tantas vocerías ¿por qué los medios no reportan las cifras de lo que está sucediendo en el país bolivariano con respecto a la pandemia del coronavirus?

La razón es simple: porque Venezuela es uno de los países en la región y en el mundo donde mejor se ha tratado el tema de la pandemia. Veamos algunas cifras; aquellas que los medios no quieren que se conozcan.

Las cifras que manejaremos son del Centro de Ciencia e Ingeniería de Sistemas de la Universidad Johns Hopkins a las 04:00 GMT del 27 de agosto.

Primero, vamos a ver en nuestra región de Latinoamérica y el Caribe sobre países con más de un millón de habitantes.

Veamos la mortalidad desde que empezó la pandemia hasta la fecha, tomando cantidad de muertos por millón de habitantes. 

“En Venezuela se está tratando correctamente, con profesionalismo y responsabilidad política y social la pandemia”

Quien encabeza la lista con la mayor cantidad de muertos por millón de habitantes es Perú, con 931 por millón, y un total de 21 mil 008 fallecidos. Luego le sigue Chile con 574 por millón, total 10 mil 990. En tercer lugar Brasil con 553 muertos cada millón de habitantes y con un total de 117 mil 665 muertos. Sobre 22 países con más de un millón de habitantes, ¿saben en qué puesto está Venezuela, el país que nadie quiere imitar? En el lugar 20, solo superado por Cuba y Jamaica. Pero veamos las cifras. En Venezuela se reportan 10 muertos por cada millón de habitantes, con un total de 343 muertos. Luego está Cuba con ocho muerto cada millón y Jamaica con seis muertos por cada millón.

Por ejemplo, Argentina, que en la región es uno de los países más avanzados y es uno de los que ha sido felicitado por los organismos internacionales debido a el tratamiento que ha dado a la pandemia registra 173 muertos por millón, con un total de siete mil 839 muertos. Pero, curiosamente, Venezuela que tiene 10 muertos por millón de habitantes no es felicitada… ni se habla de eso… ¿Se entiende por qué sostenemos que esos medios de comunicación son canallas? Venezuela reporta 17 veces menos muertos por millón de habitantes que Argentina, pero sin embargo es el peor país del continente, según los medios…

Si salimos de la región y analizamos países del “primer mundo” llegaremos a las siguientes cifras. No olvidemos que Venezuela está con  10 muertos por millón de habitantes. Comparemos entonces: Estados Unidos 555; España 613; Reino Unido 618; Italia 590; Francia 470; Alemania 112; Bélgica 857; Suiza 232… Ningún país del occidente capitalista presenta índices por debajo de los que exhibe Venezuela. ¿Se dan cuenta? Estados Unidos 55 veces más que Venezuela, Inglaterra casi 70 veces más, España 61 veces más…

¿Qué lectura darle a este fenómeno? ¿Es que Venezuela está en una región donde el contagio no ha sido tan fuerte? ¿Es que Venezuela geográficamente es un país aislado del resto? ¿Será que a Venezuela no llegan inmigrantes de otros países?

Como sabemos, ninguna de las preguntas formuladas tiene respuesta afirmativa. Sudamérica se ha convertido en epicentro de la pandemia y Venezuela tiene límites con dos de los países con mayores índices de contagios: Colombia y Brasil. Y precisamente de esos países es de donde ingresan la mayor parte de los inmigrantes o de venezolanos que se retornan al país después de haber emigrado. Pero lo mismo que siempre ha habido un tránsito muy fluido con Ecuador, Perú, Haití y República Dominicana, por ejemplo.

La respuesta ante este dato de la realidad es simple: en Venezuela se está tratando correctamente, con profesionalismo y responsabilidad política y social la pandemia. Con los escasos recursos que posee a consecuencia de las sanciones que hemos comentado, el Gobierno bolivariano viene trabajando con éxito este flagelo planetario, y se ubica entre los países que mejor han respondido al cuidado de su población.

Quien quiera ver que vea y quiera oír que oiga.